Las estimaciones apuntan a que de 5 a 10 por ciento de la producción mundial se pierde a causa de los insectos, lo que equivale a la cantidad de granos necesaria para alimentar a 130 millones de personas anualmente.
La conservación y protección de los granos almacenados constituye una necesidad alimenticia social y económica. Desde que los seres humanos empezaron a acumular reservas de una manera organizada, particularmente las de tipo alimenticio. Actualmente, el almacenaje se ha convertido en una práctica de elevado contenido técnico, gracias a la acumulación de experiencias a lo largo de miles de años.
En este caso concreto, la humanidad ha tenido que vérselas con un contrincante severo, como lo son las plagas en granos almacenados.
Debido a esto el manejo integrado de plagas se convierte en parte importante del proceso de control de calidad y conservación, durante el recibo, almacenamiento y disposición final de los granos.